Los impuestos a las importaciones, especialmente a las provenientes de China, están nuevamente en el foco de la discusión en Estados Unidos. Tanto el expresidente Donald Trump como el presidente Joe Biden han presentado propuestas para aumentarlos, aunque con enfoques distintos.
Sin embargo, los expertos advierten que estos impuestos podrían tener consecuencias negativas para los consumidores y la economía en general.
En el caso de Trump, su propuesta incluye un arancel del 60% sobre todas las importaciones chinas y un impuesto general del 10% sobre las importaciones del resto del mundo. Esta medida, según un análisis del Instituto Peterson de Economía, podría costarle a las familias de ingresos medios alrededor de $1,700 al año en precios más altos.
El año pasado, Estados Unidos importó bienes de China por un valor de $427 mil millones. Un arancel del 60% sobre estas importaciones podría aumentar los precios en cerca de $256 mil millones, aunque este impacto dependerá de cómo se ajusten las importaciones de otros países.
En 2021, las importaciones totales de bienes en EE.UU. fueron de $2.8 billones, generando $80 mil millones en ingresos por impuestos. En comparación, los ingresos individuales generaron un recaudo total de $15 billones, produciendo $2.2 billones en ingresos fiscales.
Aunque Trump ha sugerido utilizar los ingresos de los aranceles para reemplazar el impuesto sobre la renta, los expertos indican que esto no es factible debido a la gran diferencia en los ingresos generados por ambos tipos de impuestos.
La discusión sobre los aranceles a las importaciones continúa siendo un tema de debate crucial, con implicaciones significativas para la economía y los consumidores estadounidenses.