La energía nuclear está experimentando un resurgimiento significativo a nivel mundial, con 61 plantas en construcción, aproximadamente 90 en etapa de planificación y más de 300 propuestas. Este renovado interés se debe a la presión creciente sobre los países para cumplir con los objetivos climáticos y garantizar la seguridad energética en medio de tensiones geopolíticas, como el conflicto en Ucrania, que han puesto de manifiesto la vulnerabilidad de depender de importaciones de combustibles fósiles.
El aumento en la demanda de energía nuclear ha impulsado el precio del uranio, que ha subido un 233% en los últimos cinco años. Países como China, India, Japón, Estados Unidos y varias naciones europeas están expandiendo sus capacidades nucleares rápidamente, superando la capacidad de los mineros para extraer suficiente uranio. Este auge refleja la búsqueda de alternativas energéticas sostenibles y fiables que puedan proporcionar una base estable de electricidad sin emisiones de carbono.
Este resurgimiento plantea tanto oportunidades como desafíos, ya que la energía nuclear puede contribuir significativamente a la reducción de emisiones y a la estabilidad energética global. Sin embargo, también implica consideraciones importantes en términos de seguridad, gestión de residuos y necesidad de inversión en nuevas tecnologías. La evolución de esta tendencia transformará el panorama energético mundial en los próximos años, marcando un cambio crucial hacia fuentes de energía más sostenibles y seguras.
