Cancelación de la conferencia de prensa: Programada para marcar el inicio de los Juegos, la conferencia de prensa dedicada ha sido cancelada. La falta de comunicación oficial en un momento tan crítico ha dejado a muchos en la incertidumbre.
Huelgas de trabajadores: Empleados del hotel que albergará a miembros del Comité Olímpico Internacional (COI) han iniciado huelgas, demandando mejores condiciones laborales y salarios. Esto ha generado preocupaciones sobre la hospitalidad y los servicios ofrecidos a los dignatarios internacionales.
Falta de suministros básicos: En la Villa Olímpica, destinada a ser un refugio cómodo para los atletas, se ha reportado una alarmante falta de comida y papel higiénico, lo que ha afectado la moral de los competidores.
Robos: Atletas y periodistas internacionales han sido víctimas de robos, poniendo en duda la seguridad del evento y la eficacia de las medidas de protección.
Contaminación del Sena: El icónico río Sena, planeado como una de las atracciones turísticas y recreativas durante los Juegos, ha sido encontrado lleno de aguas residuales, generando preocupaciones ambientales y de salud.
Desplazamiento forzoso: En un intento por "limpiar" la ciudad, se ha reportado el desplazamiento forzoso de personas sin hogar, una medida que ha sido criticada por grupos de derechos humanos y ha puesto en evidencia la tensión social en la ciudad.
Estos problemas han planteado serias dudas sobre la preparación y capacidad de París para manejar un evento de esta magnitud. Mientras los organizadores trabajan contrarreloj para resolver estos inconvenientes, el mundo observa con atención y preocupación. ¿Será este un mal augurio para el evento deportivo más importante del año?