En un alarmante desarrollo de seguridad cibernética, las agencias de inteligencia de los Estados Unidos han confirmado que Irán está detrás de los recientes ataques de hackers dirigidos a las campañas de Donald Trump y Biden-Harris. A través de tácticas de "ingeniería social", los hackers iraníes lograron infiltrarse en las comunicaciones internas de ambas campañas, una estrategia que ya ha sido utilizada tanto por Irán como por Rusia en ciclos electorales anteriores.
Las agencias creen que Irán está intentando influir en el resultado de las elecciones presidenciales, aunque no se ha especificado un candidato particular. Sin embargo, las señales indican que Teherán podría tener una preferencia por la vicepresidenta Kamala Harris y una clara aversión hacia Donald Trump. A pesar de la investigación en curso, se ha informado que los sistemas de seguridad de ambas campañas han sido violados sin que, hasta el momento, se hayan registrado consecuencias graves.