En un escenario internacional cada vez más polarizado, la reciente cumbre entre Vladimir Putin, Xi Jinping y Narendra Modi ha puesto de manifiesto un cambio en el orden mundial, consolidando una alianza estratégica entre Rusia, China e India. Este encuentro, que reunió a los líderes de tres potencias emergentes, ha dejado claras las intenciones de estos países de desafiar la hegemonía del dólar estadounidense, promoviendo una visión multipolar del mundo.
Esta creciente alianza no es un hecho aislado, sino parte de un movimiento más amplio impulsado por los países miembros del BRICS, un bloque que incluye también a Brasil y Sudáfrica. Durante la cumbre, se discutieron temas económicos, comerciales y geopolíticos, con un énfasis particular en la creación de un sistema financiero alternativo al liderado por Occidente, basado en monedas nacionales y acuerdos bilaterales. Esta estrategia busca reducir la dependencia del dólar y establecer un marco financiero más equitativo, acorde a los intereses de las economías emergentes.
Rusia, fuertemente sancionada por Occidente debido a la guerra en Ucrania, ha encontrado en China e India aliados clave para sortear las restricciones económicas y continuar su expansión en el comercio internacional. Por su parte, China, que busca reforzar su influencia global, ve en esta alianza una oportunidad para promover su iniciativa de la "Franja y la Ruta", expandiendo su alcance en Asia, África y América Latina. India, con un enfoque en su crecimiento económico y seguridad energética, ha adoptado una postura pragmática, colaborando con ambas potencias mientras mantiene sus relaciones con Occidente.
El nuevo bloque BRICS, fortalecido por esta creciente cooperación, se posiciona como un contrapeso a la influencia de Estados Unidos y Europa, y plantea un desafío directo al actual sistema financiero internacional. Mientras tanto, el mundo observa con atención cómo este nuevo orden multipolar toma forma, con implicaciones geopolíticas y económicas que podrían redefinir el futuro global.
