
PUERTO PRÍNCIPE.– Cientos de personas participaron en un funeral colectivo para despedir a ocho víctimas del ataque con drones perpetrado el pasado 20 de septiembre en un barrio marginal controlado por pandillas en la capital haitiana. El atentado, dirigido contra un presunto líder criminal, dejó nueve muertos y 17 heridos, según informó Médicos Sin Fronteras, que atendió a las víctimas en sus hospitales.
El ataque ocurrió en Cité Soleil, territorio dominado por Viv Ansanm, una coalición de pandillas que Estados Unidos ha designado como organización terrorista extranjera. Familiares y activistas culparon a la policía de haber ejecutado la ofensiva. Durante el funeral, celebrado en un parque comunitario, los asistentes lloraron la pérdida de cuatro niños entre los fallecidos.
La conmoción fue tal que, en medio de la ceremonia, algunos confundieron un pájaro que sobrevolaba la zona con un dron, lo que desató el pánico entre los presentes. Testimonios como el de Claudia Bobrun, madre de una niña de ocho años asesinada en el ataque, y Jislene Statune, quien perdió a su hija y dos nietos, reflejan el dolor de una comunidad devastada.
Mientras tanto, el Consejo de Seguridad de la ONU aprobó esta semana una resolución que autoriza la creación de una “Fuerza de Supresión de Pandillas”, compuesta por 5,550 miembros y con amplios poderes para detener a los cabecillas. La nueva misión, copatrocinada por Estados Unidos y Panamá, sustituirá la fuerza multinacional liderada por Kenia.
Desde el asesinato del presidente Jovenel Moïse en 2021, las pandillas han expandido su control sobre el 90% de Puerto Príncipe, extendiendo la violencia, los secuestros y los saqueos a zonas rurales. Más de 1.3 millones de haitianos permanecen desplazados y la crisis humanitaria continúa agravándose, mientras la población mantiene pocas esperanzas de mejora inmediata.
