En un intento por abordar la crisis humanitaria en Haití, el Secretario de Estado de Estados Unidos, Antony J. Blinken, se ha comunicado telefónicamente con el presidente de la República Dominicana, Luis Abinader. Esta acción llega en un momento crítico, especialmente después de la llamada de Amnistía Internacional al Gobierno dominicano para detener las políticas migratorias dirigidas hacia los haitianos.
El encuentro telefónico, aunque breve, es una señal de la preocupación compartida por la situación en Haití y su impacto en la región. Aunque los detalles de la conversación entre Blinken y Abinader no se han revelado en el mensaje publicado en la página web del Departamento de Estado, se resalta la importancia de la coordinación actual sobre la situación en el país vecino.
En el comunicado, se destaca el agradecimiento del Secretario de Estado al presidente Abinader por su apoyo en facilitar el regreso de familias estadounidenses a Estados Unidos. Esta colaboración bilateral es fundamental para abordar las complejidades de la crisis, que no solo afecta a Haití, sino también a sus vecinos, como la República Dominicana.
La llamada de Blinken llega en un momento crucial, tan solo 13 días después de que Amnistía Internacional instara al Gobierno dominicano a cesar las deportaciones de haitianos. La organización argumenta que estas expulsiones colectivas violan las obligaciones internacionales de la República Dominicana y ponen en riesgo la vida y los derechos de los afectados.
Es esencial destacar que este llamado a dar asilo a los haitianos no es nuevo. Tanto Amnistía Internacional como la Agencia de la ONU para los Refugiados (Acnur) han instado repetidamente a República Dominicana a garantizar el acceso a procedimientos de asilo sin discriminación y a reanudar las vías legales de entrada y permanencia para aquellos que buscan seguridad y una residencia legal en el país.
En resumen, la coordinación entre Estados Unidos y República Dominicana es un paso significativo hacia la búsqueda de soluciones humanitarias para la crisis haitiana. Sin embargo, queda claro que se necesitan más esfuerzos y acciones concertadas a nivel internacional para abordar las complejidades de esta situación y garantizar la protección y los derechos de los afectados.
