En un reciente comunicado, la Embajada de Estados Unidos en República Dominicana ha rechazado categóricamente las afirmaciones de que hayan solicitado al país caribeño recibir migrantes indocumentados. Este pronunciamiento surge en respuesta a declaraciones del senador Marco Rubio, quien alegó que la administración de Biden presionaba para que República Dominicana aceptara a tres millones de haitianos en su territorio.
En palabras del senador Rubio, la presión ejercida por Estados Unidos es injusta, dada la condición de país en desarrollo de República Dominicana y sus recursos limitados, así como sus ya existentes obligaciones con Haití. Esta afirmación ha desencadenado un debate político y diplomático sobre la responsabilidad de los Estados en la gestión de flujos migratorios en la región.
El comunicado de la Embajada enfatizó el respeto hacia la soberanía del Gobierno dominicano en el manejo de sus fronteras y políticas migratorias. Asimismo, destacó el compromiso del Gobierno de la República Dominicana en investigar acusaciones de abuso y corrupción, subrayando la importancia del estado de derecho, las obligaciones internacionales y los derechos humanos.
Es relevante señalar que estas declaraciones se dan en un contexto regional marcado por la presión migratoria, especialmente en el caso de Haití, país vecino de República Dominicana, que ha enfrentado una serie de desafíos políticos, económicos y sociales en los últimos años.
En conclusión, el comunicado de la Embajada de Estados Unidos busca aclarar y desmentir las acusaciones de solicitar a República Dominicana aceptar migrantes indocumentados, reiterando su respeto hacia la soberanía y políticas migratorias del país caribeño. Este episodio subraya la complejidad de las relaciones diplomáticas y la gestión de la migración en la región, así como la importancia del diálogo y la cooperación entre las naciones.