Desde 1991, la República Dominicana ha experimentado un notable incremento en la inversión en defensa, alcanzando un 362% en el siglo XXI, según el Instituto de Investigación para la Paz de Estocolmo (Sipri). En 2000, el gasto militar era de 246.8 millones de dólares y para 2023 se había elevado a 893.2 millones, la cifra más alta en la historia del país. Este aumento se alinea con una tendencia global que en 2023 vio el gasto militar mundial subir a 2.44 billones de dólares, impulsado por conflictos en Ucrania y Gaza.
En el Caribe, la República Dominicana destaca como el país con mayor crecimiento económico y el más alto gasto militar. En comparación, Haití gastó solo 11.7 millones de dólares en 2023, reflejando su crisis económica y social. A nivel regional, los gobiernos dominicanos han variado en su enfoque hacia el gasto militar, con aumentos significativos bajo Joaquín Balaguer y Leonel Fernández, y una reducción temporal bajo Hipólito Mejía.
Este aumento del gasto militar contrasta con las necesidades sociales de América Latina, donde 70 millones de personas no pueden adquirir una canasta básica de alimentos. Según la CEPAL, se gastan alrededor de 800 dólares en defensa por cada persona en pobreza extrema, lo que subraya la disparidad entre las prioridades gubernamentales y las necesidades básicas de la población.