Obtener el favor de 2,507,297 ciudadanos no tiene precio, pero las campañas sí. El presidente Luis Abinader, quien se alzó con el 57.44 % de los votos en las elecciones del 19 de mayo, desembolsó la asombrosa suma de 777,601,487.92 pesos en su campaña. Esta cantidad descomunal se distribuyó en 230 operaciones, según el Panel de Fiscalización Electoral de la Junta Central Electoral (JCE).
Aunque el tope de gasto para las candidaturas presidenciales era de 997,829,630 pesos, Abinader logró mantenerse dentro de los límites, gastando 220,228,142.08 pesos menos. Este gasto colosal no deja de sorprender, y pone en evidencia los enormes recursos que se destinan para conquistar el poder.
De los gastos totales, un impactante 73.21 % (569,247,000 pesos) se destinó a "Otros gastos operativos". El resto del dinero se gastó en eventos políticos y publicidad, esenciales para ganar la simpatía de los votantes. La magnitud de estos gastos subraya la feroz competencia y las grandes sumas que se mueven en el ámbito electoral.
