Cada vez son más las personas que llegan a los 100 años



En las últimas décadas, el número de personas que alcanzan o superan los 100 años de edad ha aumentado significativamente. Según William Kole y su libro “The Big 100: The New World of Super-Aging”, estos centenarios comparten una serie de características comunes que pueden ser clave para su longevidad. Matrimonio y Resiliencia Kole destaca que muchas de estas personas centenarias suelen estar casadas. La convivencia en pareja parece jugar un papel crucial en la longevidad. Las personas que están en una relación estable tienen mayores probabilidades de alcanzar el siglo de vida en comparación con los solteros. Un factor determinante es la resiliencia, una capacidad de enfrentar la adversidad con fortaleza y optimismo. Esta actitud resiliente no solo ayuda a sobrellevar las dificultades de la vida, sino que también contribuye a mantener una buena salud mental y física a largo plazo. Genética y Cerebro Otra característica compartida entre los centenarios es la buena genética. Al menos la mitad de estas personas tienen un gen que limita el crecimiento en altura y peso. Este fenómeno también se observa en otras especies, como los perros, donde las razas más pequeñas tienden a vivir más que las grandes. Además, los estudios han revelado que los cerebros de los centenarios suelen ser más gruesos en ciertas áreas, lo que podría estar relacionado con una mejor capacidad cognitiva y resistencia a enfermedades neurodegenerativas. Estilo de Vida Saludable No solo la genética y el matrimonio juegan un papel en la longevidad, sino también un estilo de vida saludable. Las personas que alcanzan los 100 años suelen llevar una dieta equilibrada y rica en nutrientes, junto con una rutina regular de ejercicio físico. Además, la mayoría de estos individuos son extrovertidos, optimistas y mantienen una actitud tranquila ante la vida, lo cual contribuye a reducir el estrés y mejorar la calidad de vida. La combinación de una buena genética, un estilo de vida saludable, relaciones estables y una actitud resiliente parecen ser los ingredientes principales para alcanzar los 100 años. A medida que seguimos investigando y aprendiendo más sobre el envejecimiento, podemos aplicar estos conocimientos para mejorar nuestra propia calidad de vida y quizás, algún día, unirnos al creciente grupo de centenarios.