El presidente del Partido Revolucionario Moderno (PRM), José Ignacio Paliza, encendió la alarma nacional al admitir que la organización permitió la entrada de individuos ligados a actividades criminales, muchos de ellos reciclados de otras fuerzas políticas. En un reconocimiento que ha sacudido el escenario político, Paliza aseguró que quienes llegaron buscando “refugio e impunidad” dentro del PRM no la encontraron, mientras la población se pregunta cómo lograron infiltrarse en primer lugar.
El dirigente no solo aceptó las fallas: también lanzó una advertencia que ya causa preocupación en los hogares dominicanos. Paliza afirmó que es “altamente probable” que aparezcan nuevos casos, debido a la magnitud del problema y al creciente fortalecimiento de las instituciones. Según sostuvo, el destape de estos expedientes se debe a la presión ciudadana y a la existencia de un Ministerio Público “independiente de verdad”, que ahora actúa sin mirar rango, poder o militancia. Las recientes detenciones han revivido viejas sospechas sobre la política dominicana y han dejado en evidencia un sistema que, hasta ahora, parecía intocable.
Ante el escándalo, el PRM anunció medidas de emergencia para blindarse: reforzará auditorías internas, endurecerá los filtros para nuevos militantes y presentará una propuesta para modificar la Ley 155-17, con el fin de que los partidos políticos sean considerados sujetos obligados. Mientras tanto, Paliza elogió la acción de las autoridades y aseguró que cada caso “ha llegado hasta donde tenía que llegar”. Sin embargo, su advertencia retumba: lo peor podría estar por venir, y el país se mantiene a la expectativa de cuántos más caerán en la mira de la justicia.
