
Belém, Brasil.— Desde la Amazonía, el secretario general de la ONU, António Guterres, lanzó una contundente advertencia: el mundo ha fallado en su compromiso de mantener el calentamiento global por debajo de 1,5 °C, y el tiempo para evitar consecuencias irreversibles se agota rápidamente. Durante su discurso inaugural en la Cumbre de Líderes de la COP30, Guterres señaló que, tras décadas de negación y retraso, la humanidad se dirige hacia una superación temporal de ese umbral crítico establecido en el Acuerdo de París.
El jefe de Naciones Unidas subrayó que la ciencia proyecta que ese límite podría ser rebasado a principios de la década de 2030, exponiendo a miles de millones de personas a condiciones climáticas extremas y amenazando con llevar a los ecosistemas a puntos de inflexión irreversibles. Aun si los compromisos actuales se cumplieran, el planeta estaría camino a un calentamiento de entre 2,3 y 2,5 °C hacia el final de este siglo. Frente a ese panorama, llamó a convertir la COP30 en un verdadero punto de inflexión global, recordando que el mayor obstáculo no es tecnológico, sino político. “La falta de voluntad para actuar con justicia climática nos está conduciendo a un futuro insostenible”, enfatizó.
Guterres criticó duramente las inversiones continuas en combustibles fósiles, calificándolas de una apuesta contra la humanidad. Denunció que industrias como el petróleo, gas y carbón aún reciben cuantiosos subsidios y ejercen fuerte influencia para frenar la transición energética, desviando recursos que deberían destinarse a la salud y al futuro del planeta. Insistió en que las naciones desarrolladas tienen una responsabilidad moral y financiera para liderar el cambio hacia una economía verde, apoyando a los países en desarrollo en esa transición. “Belém debe ser el lugar donde el mundo diga basta a la inacción y abra una nueva era de solidaridad climática”, concluyó.
