
La Corporación Eléctrica Nacional de Venezuela (Corpoelec) denunció este sábado un nuevo ataque contra tres torres de transmisión ubicadas en el municipio Juan Antonio Sotillo, en el estado Anzoátegui. Según un comunicado oficial, el Sistema Eléctrico Nacional habría sido blanco de un “sabotaje criminal” dirigido a desestabilizar un servicio esencial para la población del oriente venezolano.
Corpoelec aseguró que, tras el incidente, cuadrillas especializadas fueron desplegadas de inmediato en la zona siguiendo los protocolos de seguridad establecidos por el Gobierno. La institución calificó el hecho como parte de “una guerra no convencional” que, a su juicio, busca afectar directamente el bienestar del pueblo venezolano. Aun así, destacó la firmeza de los ciudadanos en su determinación de mantener su independencia pese a las presiones internas y externas.
En su mensaje, la empresa estatal hizo un llamado a la población a mantener la confianza en que el personal técnico continuará trabajando con compromiso para garantizar la estabilidad del servicio eléctrico.
Contexto de tensiones con Estados Unidos
El señalamiento de sabotaje ocurre en medio de un ambiente de creciente tensión entre Caracas y Washington. Desde agosto, Estados Unidos ha desplegado frente a las costas venezolanas una variedad de equipos militares, incluyendo buques de guerra, aviones de combate y un submarino, bajo el argumento de combatir el narcotráfico. Esta operación ha derivado en bombardeos contra presuntas embarcaciones asociadas al narcotráfico en el Caribe y el Pacífico, con múltiples fallecidos.
Paralelamente, Washington ha acusado al presidente Nicolás Maduro de liderar un supuesto cartel del narcotráfico, sin presentar evidencias concluyentes, mientras que la fiscal general estadounidense, Pam Bondi, duplicó la recompensa por información que conduzca a su captura.
En octubre, el entonces presidente Donald Trump reconoció haber autorizado a la CIA a realizar operaciones encubiertas en Venezuela. Maduro respondió afirmando que este tipo de acciones no son nuevas, asegurando que la agencia estadounidense mantiene operaciones en el país desde hace décadas, tanto en su contra como en contra del expresidente Hugo Chávez.
Venezuela rechaza lo que califica como una “agresión”
El Gobierno venezolano sostiene que estas acciones forman parte de una estrategia mayor para “cambiar el régimen” y apoderarse de los recursos petroleros del país. Maduro ha calificado estas presiones como una “campaña de desprestigio” que busca justificar intervenciones contra Venezuela.
El canciller Yván Gil también ha señalado que no se trata de una confrontación entre iguales, sino de “un intento de invasión” por parte de Estados Unidos, en violación de los principios del derecho internacional. Por ello, Caracas rechaza los llamados de la ONU a “desescalar tensiones”, argumentando que el origen del conflicto proviene exclusivamente de Washington.
