Academia Ciencias y Comisión de UASD ratifican advertencia


La Academia de Ciencias y la Comisión Ambiental de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD) reiteraron su advertencia sobre el riesgo que representa la introducción en República Dominicana de especies ecológicas provenientes de Puerto Rico, como —según afirman— estaría gestionando el Zoológico Nacional. Ambas instituciones insisten en que estos animales han demostrado comportarse como plagas invasoras en la isla vecina, afectando ecosistemas naturales y escapando al control de las autoridades, lo que ha generado serios daños a la biodiversidad boricua.

En su reciente declaración, las entidades académicas denuncian un intento de desinformación por parte del director del Zoológico Nacional, a quien acusan de minimizar el impacto ambiental de estas especies ante la opinión pública. Subrayan que el problema no radica en si las culebras son venenosas o no, sino en su capacidad de invasión, reproducción acelerada y afectación directa a la fauna nativa, elementos que ya han provocado una crisis ecológica en Puerto Rico.

El comunicado también recuerda que, en el territorio puertorriqueño, estas especies están siendo capturadas y retiradas de manera continua por las autoridades ambientales debido a su proliferación descontrolada. Muchos ejemplares son entregados por ciudadanos o incautados por las autoridades, generando un alto costo económico y operativo para el Estado. De llegar a escapar en República Dominicana, advierten, podrían replicar el mismo patrón destructivo, poniendo en riesgo especies endémicas, la salud humana y actividades productivas como la agricultura.

Finalmente, las instituciones aclaran que no se trata de una donación, como se ha querido presentar, sino de una solicitud realizada por el propio director del Zoológico Nacional, conforme a una publicación de la agencia EFE. Señalan que Puerto Rico busca reducir la cantidad de estos animales porque carece de capacidad para albergarlos y manejarlos, y porque representan una amenaza comprobada para sus ecosistemas. Por ello, insisten en que República Dominicana no debe asumir un problema ambiental que ya ha demostrado ser costoso y difícil de controlar.