La esperada liberación de Zhang Zhan, posiblemente la primera persona encarcelada en China por documentar los primeros días de la pandemia de coronavirus, se ha visto envuelta en la incertidumbre. Aunque se anticipaba su liberación tras cumplir una sentencia de cuatro años, su estatus al cierre del lunes aún no se ha confirmado.
El caso de Zhang Zhan es emblemático de la postura del gobierno chino respecto a la discusión pública sobre el brote. A pesar de haber cumplido su condena, la voluntad del régimen de devolverle su libertad está en duda, según señala Reporteros sin Fronteras. Este grupo internacional de vigilancia de los medios ha destacado que los periodistas liberados en China frecuentemente son sometidos a vigilancia continua.
Zhang Zhan se convirtió en un símbolo temprano de la desconfianza hacia el manejo gubernamental de la pandemia y de la búsqueda de información no censurada por parte de muchos chinos. Como ex abogada de Shanghai, viajó a Wuhan a principios de 2020 bajo la apariencia de una periodista ciudadana. Durante meses, documentó con videos amateurs la realidad contradictoria a la narrativa oficial del gobierno, mostrando hospitales abarrotados, estaciones de tren vacías y testimonios de residentes temerosos.
Su caso no solo refleja la lucha por la libertad de expresión en China, sino que también resalta la persistente tensión entre el control estatal y la demanda pública de transparencia en tiempos de crisis.