La decisión del presidente Donald Trump de suspender la ayuda exterior ha generado repercusiones globales, afectando a República Dominicana con la posible cancelación de US$42.7 millones destinados a proyectos en salud, educación y desarrollo económico. Antes del cambio de administración, USAID había asignado US$45 millones adicionales para fortalecer sectores clave, pero la nueva política de priorizar el gasto interno pone en riesgo estos fondos y amenaza empleos en diversas instituciones.
El Departamento de Estado, bajo Marco Rubio, ha otorgado excepciones para asistencia humanitaria y apoyo militar a aliados estratégicos, pero programas relacionados con aborto, inclusión social y reasignación de género han quedado fuera. Uno de los sectores más afectados es la salud, con la suspensión de medicamentos para el VIH/SIDA, lo que ha generado alarma en organizaciones internacionales y locales, como ONGsida, que instan al gobierno de Luis Abinader a intervenir.
La medida ha provocado rechazo en EE.UU., con críticas de figuras como el congresista Adriano Espaillat, quien la calificó de “devastadora”. Ante la presión política y una orden judicial, la Casa Blanca anunció una revocación temporal mientras se realiza una revisión de 90 días para definir qué programas seguirán recibiendo fondos. Organizaciones internacionales advierten sobre el impacto humanitario y piden a los gobiernos afectados tomar medidas urgentes.
